Aerogel y Fullereno
Pensar en una arquitectura a base de fullereno o carbono 60 en su estructura, y una fachada a base de aerogel, nos plantea variadas y diferentes características a las que tenemos en las tecnologías que hasta el día de hoy se han utilizado.
Para poder ser más claro, es interesante conocer las propiedades de cada uno de los dos materiales. En primera instancia el fullereno o también conocido como carbono 60, por el número de partículas de carbono que lo conforman, es mucho más resistente que el acero. 100 Veces más resistente a la flexo compresión, esto en términos generales es que si un edificio está compuesto por columnas de concreto de base cuadrada 60 por 60 cms, en acero tal vez podríamos tenerlas de 30 por 30 cms, pero en la aplicación del fullereno podrían ser de 3mm de lado, es decir de 1/8” y resistir lo mimo en menos área estructural. Con lo cual podemos pensar en distribuir la carga, no de manera directa vertical, como se ha hecho hasta ahora. Pensemos en una estructura a base de mallas como las que maneja Cecil Balmond o una estructura de geometría séxtuple. Sería como el avance más relevante desde la invención del arco por los romanos, tan glorioso en la época gótica, haciendo trabajar el momento que se genera en las estructuras con tal maestría, del mismo modo que un Félix Candela lo lograra hacer en los paraboloides hiperbólicos de sus construcciones.
Al pensar en la fachada podemos hacerlo con la aplicación del aerogel, invento de la nasa. Con las características de ser 100 veces menos denso que el vidrio, siendo el sólido más ligero hasta hoy conocido. En su compuesto es 99.8 aire. Y tiene la capacidad de ser un enorme aislante térmico, acústico, de aire. Ya que la superficie podría detener el impacto de una bala, sin ningún problema.
Es la mancuerna perfecta para poder preparar las estructuras para resistir altos impactos. Pensando en el 11S, 11M, 7J.
Por otro lado al tener estructuras tan ligeras, el equilibrio que se requiere con el terreno en el cual se ubicaría el edificio es mínimo, impactando solamente en las cargas vivas.
La aplicación de estos dos materiales apunta claramente a ser el próximo material a ser utilizado en la arquitectura, como alguna vez lo fueron el acero y el vidrio para la construcción de edificios de gran altura. Ambos materiales desde la revolución industrial, transformaron el modo de concebir la arquitectura en esa transparencia fenomenológica. Las escuelas de arquitectura se tendrán que habituar al manejo de dichos materiales, para esta vez, poder estar a la altura de las circunstancias.
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