Architecture as a Urban Failure
Después de los sucesos inminentes y trágicos del 11S en New York; 11M en Madrid y 7J en Londres, quedó claramente manifestado el poder y la influencia que los medios tenían para este tipo de catástrofes. Dentro de esos medios y la arquitectura se ha generado una endogamia. Desde el star system hasta la narcisista idea de concebir un edificio como la exaltación del espíritu humano de uno solo, de un individuo y su ego exacerbado.
El marco de esos acontecimientos se plantea ser la arquitectura. Podríamos pensar que no existe otra manera de suceder, ya que la arquitectura está presente en todo lo que nos rodea, o al menos así lo esperamos, pero es esa condición de ser un medio de comunicación, un instrumento mediático de masas al cual se ha doblegado la arquitectura. Como bien apuntaba Peter Eisenman la arquitectura se ha convertido en un elemento demasiado óptico, mediático.
Es necesario tornar hacia aguas más tranquilas, en donde esta se preocupe, por el ser humano. Más en el que la vive, que en el medio que la difunde.
Sumado lo anterior al hecho concreto de un fracaso inminente de los modelos urbanos de posguerra, como unos elefantes blancos, quedan las construcciones, complejos habitacionales enormes, que lejos de propiciar la integración social, se manifiestan como guettos. Aislando a la sociedad, no con muros como lo planteaba el film de Pierre Morel y Luc Besson, sino con esas barreras sociales de marginación.
Este caso es un hecho en París, en los Banlieues, en México en los grandes complejos habitacionales, En Rumania. En un artículo publicado por el New York Times (24 noviembre 2005) Alan Riding habla del cine como “los recientes acontecimientos en algunos barrios franceses de inmigrantes, vino de una nueva manifestación artística los filmes y el Rap, quienes desde hace tiempo han advertido sobre Árabes nacidos en Francia y jóvenes negros quines se han sentido crecientemente separados de la sociedad francesa y sus comunidades se han preparado para una explosión”
Menciona el cine como una clara manifestación, no de futuro como la película Banlieue 13 que plantea un hecho de catástrofe social en el año 2013, que parecería como una ficción, sino un film que pareciera un documental o un hecho acontecido y representado por el cine.
Pareciera ser que el cine se plantea como un elemento de re-presentación de la realidad, pero cuando esos elementos son producidos tiempo antes de los acontecimientos, quiere decir que hay algo que las sociedades se han negado a ver, y mucho más aun a resolver.
La relación de tiempo no es mínima, aun cuando el caso de Banlueue 13 haya salido e el 2004. Existe otro film de Mathieu Kassovitz's de hace 10 años (1995) el nombre es “Haine” en este film aparecen des voitures brûles, situación inconcebible y alarmante en esa época y que ahora pareciera ser una descripción de los hechos.
Si los films son el ojo de alerta, el fondo tiene tanto que ver con la arquitectura como la responsabilidad ética de proveer un medio propicio para el buen desarrollo de las actividades sociales, promover su integración, y si bien es cierto que la arquitectura propicia comportamientos, como apuntaba Renzo Piano en el diario The Guardian, también es cierto que la factura está cobrando décadas depuse, con el hecho fallido de las grandes obras habitacionales de Le Corbusier, como apunta Henri Gaudin en una entrevista “ con la pobreza, la discriminación y el desempleo, repromueven estos acontecimientos (…) el modelo propuesto por Le Corbusier, edificios altos aislados, habitaciones de bajo costo, también trajo carencias de infraestructura urbana, como son calles (…) los jóvenes no tienen donde ser anónimos, en todo momento son observados, el único lugar que tienen para pasar el rato es en los pasillos del interior de los edificios y en los vestíbulos. Hacer grupos en los pies de los edificios. No tienen ciudad”.
Lo cual es alarmante, ya que por ejemplo, en conjuntos habitacionales, construidos en la misma época en la ciudad de México, como Tlatelolco de Mario Pani, en donde las características son similares, se dan fenómenos muy parecidos. A pesar de tener grandes áreas entre un edificio y otro, las condiciones de inseguridad son extremadamente pequeñas. Se convierten en zonas de nadie. Debido a ello las sociedades viven más aisladas, sin la idea de la integración.
En el caso de Francia, el hecho de ser los inmigrantes extranjeros los que tienen condiciones inferiores de vida, es semejante al de México, en donde para una misma sociedad hay condicionantes sociales diferentes que aíslan a unos y permiten a otros apropiarse del espacio urbano.
Si la arquitectura no cubre esa necesidad fundamental, que será la única como tipología que trascienda el tiempo, entonces no tiene más razón de ser. Si todas las demás tipologías pueden ser realizadas desde el habitáculo propio, como trabajar, habitar, socializar, comprar ir al banco, por otros medios como Internet, el hecho de Habitar desde el punto de vista “hogar” queda de manera subjetiva muy endeble.
Es entonces cuando podríamos cuestionarnos sobre la capacidad de la arquitectura para después de miles de años, poder cubrir una necesidad fundamental que es la de habitar. No es en masa como debemos pensar al ser humano, ni como individuo aislado. Es pensarlo y concebirlo integrado a una sociedad, si bien global, pero haciendo suma de sus diferencias más allá de homogeneizarlas.
Tal vez este grito se encuentre más claro en el Rap, un tipo de música generado a partir del desarrollo urbano, en lugares donde son vistos como masa, Harlem o los Banlieues no tienen gran diferencia en el sentido de segregación racial. Grupos como Disiz la Peste, ATM, Lunatic, han llevado un registro de los sucesos en sus letras. Música generada a partir de guettos urbanos.
Después de toda la arquitectura influencia a corto y largo plazo todas las manifestaciones urbanas y humanas. Es de esperar que todo acontecimiento exista en el marco de eso que delimita a una sociedad, la arquitectura.
Nicholas Michelin, propone dentro de un documento que se titula “Utopistes Debout” (utopistas de pie) en Junio del 2005 un catalogo de la ciudad nueva y sus posibilidades, expresamente dedicado a París.
Nicholas propone sensibilizar a los políticos y todos aquellos que toman las decisiones (en el caso de México son elementales l participación de la seduvi y condensar con los desarrolladores inmobiliarios) sobre la calidad arquitectónica y urbana como un elemento fundamental. El leitmotive que va del sentido de durabilidad e innovación no tendrían sentido sin esto:
- Rehabilitar, restaurar más que demoler, no demoler discriminadamente.
- Experimentar nuevos usos (tipologías distintas a la anterior), intentar nuevas apropiaciones.
- Aceptar dejar las cosas en espera de, no bloquear la evolución.
- Partir siempre de lo existente, considerar que no se tiene jamás una mala ciudad.
- Creer en la naturaleza de la ciudad, dar la oportunidad a la vida.
- Innovar a partir de un a lógica interpretativa de lo que existe, jamás copiar.
- Proponer márgenes más que límites, evitar cerrar nuevamente.
- Evaluar los edificios para conocer la importancia de los materiales en la obra.
- Considerar la energía gastada por metro cuadrado para cada construcción nueva.
- Tender hacia el equilibrio energético.
- Buscar sistemas naturales de ventilación, pensar en abrir las ventanas.
Todos estos objetivos son para tener como un nuevo París a emplear en este momento. Y se pueden aplicar de manera global a las ciudades latinoamericanas que cuenten con este tipo de modelo urbano, México, Brasil Argentina.
Conciliar la identidad sería la palabra correcta a utilizar. Recientemente Jean Baudrillard publicó en el diario Liberation un artículo titulado “nique ta mère” en dónde habla sobre la tan fracturada identidad en Francia y los demás pueblos globalizados. “Nada les impedirá a nuestros políticos e iluminados intelectuales considerar estos acontecimientos como incidentes sin importancia sobre el camino de una reconciliación democrática de todas las culturas – todo nos lleva a considerar lo contrario de lo que son las fases de una revuelta que no está cerca del fin” y añadiría yo la gran responsabilidad que tenemos los arquitectos ante dichos acontecimientos. Concertar a Latinoamérica con sus pueblos, por medio de la arquitectura, no aquella que no responde a las necesidades especificas para llegar a ser universal. Acordar las diferentes culturas entre melilla y España, entre los servios y los italianos, entre los árabes entre si, entre los argelinos y Francia. Entre los latinos indocumentados y los pueblos norteamericanos. Uno de los caminos que más aportarían en el comportamiento del concenso en las diferentes culturas sería por medio de la arquitectura aplicada a cada una de sus ciudades. Incluyendo a aquellas que son las más dañadas, esas subculturas dentro de otra cultura.
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