a 25 años del sismo
Hace cinco años, cuando el periódico Reforma me entrevistó para su primera pagina del diario impreso, con motivo de los 20 años del sismo del 19 de Septiembre de 1985, mis comentarios de entonces siguen vigentes hoy. En aquel entonces mencionaba que: cito textual "Se perdieron varias oportunidades, no se volvió una ciudad verde, no hubo más equipamiento urbano, los especialistas (en arquitectura y urbanismo) y los gobernantes fueron por caminos diferentes, y las casas que se construyeron son precarias, con tamaños infrahumanos, la vida no se puede llevar bien".
Ayer a 25 años del sismo. Siguen preguntas latentes: ¿Se han dado condiciones mejores para enfrentar un sismo?, ¿se han construido las bases para prevenir una catastrofe de magnitud tal?, ¿las viviendas que se construyeron entonces, se encuentran en condiciones actuales para soportar un sismo?.
Se tomaron medidas arrojadas, en ese entonces, por el pánico colectivo y se concentraron en el aspecto estructural, pero dejaron de lado varios aspectos. Lo contundente que puede ser una catastrofe natural de una magnitud igual o superior, por otro lado, y tal vez el más grave de todos, se hizo caso omiso a la seguridad social, al bienestar de las familias, sumiéndolos en espacios infrahumanos que hoy distan mucho de tener las condiciones de seguridad estructural para soportar un sismo y peor aun sin calidad de vida, se han convertido en nodos de promiscuidad, mala higiene y sitios en los que la violencia es un común denominador. Intentar meter familias de 5.7 personas en promedio en habitáculos de 26 m2 tiene resultados en una sociedad que hoy manifiesta sus carencias en las estadísticas. Por otro lado debemos mencionar que ciudades como New York por ejemplo tienen más m2 de área verde per capita en un área mucho menor a la de la ciudad de México.
Uno de los principales elementos a evaluar es que por una parte hay regulación estructural con iniciativas como el "Instituto Estructural", pero por otra instancias como la SEDUVI, tienen mucho trabajo por hacer al demarcar los lugares en los que es valido edificar, y por otro promover que los asentamientos irregulares, que después se vuelven regulares, no se construyan por ningún motivo en zonas de riesgo como las zonas aledañas a los ríos, vados, meandros, peñascos y bordes de cerros o canales y los que ya existen puedan ser reubicados.
A 25 años de un sismo de tal gravedad, hoy en día las condiciones para la zona centro del DF son peores. Debido a la densidad exacerbada de la mancha urbana, a la sobre población y a la construcción desmedida en ciertas áreas de la zona metropolitana, se ha rebasado una densidad hace 5 años que estaba planeada para el 2025. Eso ha dejado sin servicios suficientes de agua potable, drenaje, electricidad, equipamiento urbano e infraestructura a la urbe.
El nivel de los mantos freáticos se ha secado más con el paso del tiempo al no contar con agua potable y extraerla de allí, lo cual ha convertido la ciudad en un gran polvorón, propenso a sufrir de peores resultados ante un sismo.
Nosotros como desarrolladores, inversionistas, arquitectos, brokers, gestores, directores responsables de obra, compradores y finalmente como sociedad debemos trabajar de manera conjunta para obtener resultados tangibles y de largo plazo. Alcanzar el equilibrio en la oferta y la demanda, en la calidad de consumo, en el costo beneficio que nos puede dar, tener un balance entre los recursos con los que cuenta la ciudad y su tamaño. Lograr algo que sea manejable y nos de la calidad de vida tan deseable.
Una ciudad sin infraestructura, sin servicios y sin los instrumentos adecuados no puede resolver las cosas con un mega simulacro o con medidas parchadas. Pretender lleva a las personas a puntos de seguridad en medio de telarañas de cables eléctricos, o corredores viales, deberían tener mejor resultado si se hace toda instalación subterránea como el caso de Francia, así los puntos de reunión serían seguros.
Sin embargo la metropoli avanza y seguirá avanzando con pequeñas mejoras aisladas que aunque pocas y poco pensadas van haciendo ciudad.
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