Bitacora de viaje en la que el Laboratorio de arquitectura, va planteando las interrogantes internas sobre la arquitectura y las transformaciones que en ella se dan a partir de elementos externos, tecnológicos, filosóficos o simplemente ideas sueltas que de alguna manera van girando el rumbo.

Tuesday, November 29, 2005

Global Warming

Puede el arquitecto ayudar?

Lo que en algunas otras culturas es ya una forma de vida, es para otros una cuestión lejana y que en su negación, aísla a toda una civilización. Como parte del conflicto en Francia. En el sentido de edificios que son completamente cerrado, en donde no se pueden abrir su ventanas y el consumo de energía es exorbitante, o en el caso de México, en donde una economía esta concentrada en los hidrocarburos, nos lleva a una inercia de incalculables perdidas, ya que la vida de estos es muy corta y es ahora cuando podemos pensar en implementar otras vías de suministro energético, como son eólica, solar, verde y abatir esos números rojos con los que desde hace décadas trabaja el estado en dicho sector. Australia e Inglaterra son un caso paradigmático en este sentido, desde el Eden Project hasta la torre de un Km. En Inglaterra y Australia respectivamente. Se manifiestan como una solución a seguir por muchos piases en los que el gasto económico por un consumo desmedido, rezaga otras partes y en gran parte esto es por un mal planteamiento de diseño, puntos de partida erróneos, en una genealogía de partido condenada al fracaso.

En alguna conferencia de Glenn Murcut, se podía ver claramente como un arquitecto australiano, se mimetiza con la cultura y las costumbres del lugar, ese conocimiento cotidiano, que al final del día es el summum de generaciones enteras y del como han aprendido a sobrevivir. Todo ello llevado con el uso de la tecnología como herramienta, no como guía, ni como fin, sino un instrumento para lograr el objetivo primordial en el ser humano después de cubrir sus necesidades básicas. El confort a bajos costos (coto en todos los sentidos).

La cuestión del calentamiento global, tiene tanto que ver con la arquitectura como los materiales que se utilizan en una construcción o el consumo energético para aire acondicionado, mismo que son alarmantes. Si a esos datos aumentamos que nuestra vida transcurre entre el 80 y el 90 % dentro de un edificio cerrado, la cuestión crece.

Condenando a cada edificio que diseñamos a ser un lastre en e consumo energético a lo largo de toda su existencia y esto no ayuda a desahogar el creciente calentamiento global. Es necesario que lo inteligible de un edificio provenga del raciocinio, de ese pensar al diseñar. Siguiendo a Rousseau quien afirmaba que “cuando el hombre habla se divierte, pero es al escribir cuando realmente razona”. Y el arquitecto hace lo mismo, al hablar de un edificio, al hacer retórica de la forma, exacerbar las características ópticas de una construcción se divierte, pero es cuando “diseña” ese momento preciso, es cuando razona.